En los primeros años de vida, el cerebro de un niño es como una esponja: todo lo absorbe. Este periodo, desde el embarazo hasta los seis años, es crucial para su desarrollo físico, emocional y mental. La estimulación temprana no es un lujo ni una moda, es una serie de actividades y técnicas que ayudan a los niños, que presentan un retraso en el desarrollo con el fin de mejorar su lenguaje, coordinación, adaptabilidad y relaciones sociales.
No se trata de forzar a los niños a aprender antes de tiempo, sino de ofrecerles experiencias ricas y variadas que despierten sus sentidos y sus ganas de explorar el mundo. El juego, el cariño, el movimiento y la interacción constante con su entorno son claves en este proceso.
Por eso, la estimulación temprana se ha convertido en una herramienta esencial para potenciar sus habilidades desde el inicio. Estas intervenciones son especialmente valiosas para aquellos pequeños que nacen con algún tipo de dificultad o que están en riesgo de retrasos en su desarrollo.
En noviembre de 1939, la pediatra española Dolors Canals i Farriols llegó a Santo Domingo, colaboró con la Cruz Roja Dominicana impartiendo cursos sobre puericultura. Estos esfuerzos marcaron los primeros acercamientos profesionales a la atención y estimulación de la infancia en el país. Desde entonces, han surgido programas y centros especializados que buscan apoyar a las familias. Sin embargo, todavía hay desafíos, sobre todo en zonas rurales donde el acceso a esta información y a servicios de salud infantil es limitado.
Es importante aclarar que no todos los niños necesitan los mismos estímulos. Cada uno tiene su propio ritmo y personalidad. Por eso, los ejercicios de estimulación deben adaptarse a sus necesidades. Además, no solo los especialistas tienen un papel clave: los padres son los principales responsables del desarrollo de sus hijos. Con amor, paciencia y tiempo de calidad, pueden marcar una gran diferencia.
En resumen, la estimulación temprana es una inversión en el futuro de nuestros niños. Cuanto antes comencemos, mayores serán las oportunidades de que crezcan sanos, felices y con todas sus capacidades en marcha.